Pesca industrial abusiva podría extinguir los peces del mundo para el 2050
>> miércoles, 28 de noviembre de 2012
Fuente: Veo Verde
Los países que más pescado consumen a nivel industrial, alimentario y ganadero son Japón, Estados Unidos, China, Corea del Sur y Taiwán. Estás naciones invierten cerca de 27.000 millones de dólares en barcos pesqueros, tecnologías y combustibles, pero como sus océanos han sido tan explotados que deben ir a mar adentro hacia otras naciones para encontrar peces. Así lo sondeo un estudio de la Universidad de Columbia Británica.
Otros países, tienen sus propias empresas pesqueras, pero estas pertenecen a unas cuantas familias acomodadas y millares de pescadores artesanales se hacen cada vez más pobres, pues no tienen como competir con la gran y avasalladora pesca industrial, sea esta nacional o internacional. Los ciudadanos también se ven perjudicados ya que cada día es más costoso comprar pescado o bien algunas especies ya no se ven en ninguna pescadería. Y es que la pesca industrial no busca peces para alimentar a las personas. Casi toda la pesca es convertida en harina de pescado, la cual se vende como alimento para animales u otros usos.
En Chile la Fundación Centro de Investigaciones e Informaciones Periodistas (CIPER) asegura que en solo 20 años las especies de jureles descendieron en un 90% y no es precisamente porque los chilenos se volvieran locos comiendo jureles. La mayor parte de este recurso fue exportada como harina de pescado.
El atún rojo desapareció hace poco, esta especie no pudo sobrevivir a la incesante pesca industrial asiática.
La ONU ya ha advertido que si la cosa sigue así para el 2050 no tendremos peces en el mundo, los gobiernos y empresas pesqueras están al tanto de esta situación pero poco ofrecen para detenerla. Parece ser que entre más les dicen que queda poco pescado, más se esmeran en atrapar todo lo que queda, sin pensar en el futuro y las vedas, que claro, nadie respeta.
Lo necesario y urgente es que los países y autoridades internacionales establezcan planes de protección marinas y leyes con castigos ejemplares para quienes sobreexploten los recursos del mar. A nivel más pequeño los países deberían beneficiar la pesca artesanal antes que la industrial, ya que con la pesca artesanal el pescado no se desperdicia y termina como alimento para la población casi en su totalidad, además se levantaría la economía de los artesanales y el pescado sería un alimento barato.
Las cantidades que pescan los artesanales, aunque sean muchos, es muy inferior a la de la pesca industrial que como si fuera poco contamina y destruye enormemente el ecosistema, llevando a cavo en algunos casos verdaderos crímenes contra la fauna marina.
Fuente: Veo Verde
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