Decretan zona de catástrofe en diez comunas de Coquimbo por la sequía
>> jueves, 9 de agosto de 2012
Fuente: Sustentare
Los agricultores de Limarí hablan de la mayor crisis hídrica en cien años, y las cifras lo avalan. En La Serena las lluvias de este año suman apenas 0,8 mm, y en el embalse La Paloma (Ovalle), 1,8 mm. En ambos casos, el déficit de precipitaciones supera el 98%. En la provincia de Choapa ha caído este año 8,5 mm, 93% menos que un año normal.
La declaratoria de catástrofe rige para La Higuera, Andacollo, Ovalle, Monte Patria, Punitaqui, Río Hurtado, Combarbalá, Salamanca, Illapel y Canela. A éstas se suman Cabildo, Petorca y La Ligua, en la Región de Valparaíso, bajo este régimen de emergencia desde febrero.
El decreto, firmado por el Presidente Sebastián Piñera, establece que el intendente de Coquimbo, Sergio Gahona, "tendrá amplias facultades para adoptar y aplicar las medidas tendientes a solucionar los problemas que hayan surgido, o que se planteen como consecuencia de la catástrofe".
Esto permite agilizar trámites administrativos, compras y licitaciones, y suma nuevos recursos. Hoy habrá reuniones con alcaldes y gobernadores para definir medidas específicas y focalizar la ayuda en agricultores del secano y crianceros.
"Las cabras están pariendo, pero el 20% de las crías mueren (...) A través de Indap se está repartiendo una cantidad diaria de alimentos para ganado, que equivale a mantener la situación de sobrevivencia para los próximos meses", dijo el ministro de Agricultura, Luis Mayol, quien agregó que parte de esos animales se trasladarán a la Región de Valparaíso.
El seremi de Agricultura de Coquimbo, Juan Francisco García, precisó que "la declaración de catástrofe busca normalizar los sistemas productivos, económicos y sociales. Regirá hasta que se normalice la situación en los sectores más complicados".
A través de la emergencia agrícola ya se han entregado $2.800 millones en ayuda. El gobierno regional aprobó otros $5.000 millones para obras de riego que disminuyan las pérdidas por infiltración.
Paralelamente, se ejecuta un programa de $1.000 millones para encauzar agua hacia la bocatoma de canales, y se extraerá agua a través de pozos del ya seco embalse Culimo (Choapa), que bajo tierra mantiene 6 millones de m {+3} .
El ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, reconoció ayer que "estamos enfrentando una situación compleja, este es el tercer año en que hemos tenido un nivel bajo de precipitaciones (...) Tenemos la esperanza de que llueva en agosto, septiembre y octubre, en que usualmente cae alrededor del 30% de un año normal".
Baja productividad
Pese a que el agua que queda permitiría cierta normalidad en la próxima temporada de riego, García adelanta que será "con una reducción de aproximadamente del 30% en los niveles de exportación (...) Exportamos 110 mil toneladas, estaríamos en alrededor de 70 mil toneladas".
Para el presidente de la Sociedad Agrícola del Norte, José Moreno, "en cultivos y hortalizas, las expectativas hacen que los agricultores disminuyan su superficie. Si hay poca agua, no van a plantar lo de todos los años (...) En frutales, se podría esperar lo mismo".
Afectados valoran decreto: "La situación no da para más"
"Nuestros campesinos lo pedían a gritos, porque la situación no da para más", dijo ayer el alcalde de Combarbalá, Solercio Rojas, tras conocer el decreto de zona de catástrofe.
La medida era requerida tanto por los productores como por las autoridades de la zona, y aunque aún esperan saber cómo se concretará para superar la emergencia, recalcan que la ayuda beneficiará principalmente a los pequeños campesinos de la región.
Mirta Gallardo, presidenta de las comunidades agrícolas de Limarí, afirmó que "nos tiene tremendamente contentos. Y que vaya a resolver un tema que mucha gente que no recibe beneficios, porque hoy sólo llega a la gente que es de Indap (...) Esto tiene que ver con planes de trabajo para gente de la ruralidad, bonos de traslado para quienes están llevando sus ganados al sur, un sinnúmero de propuestas que tenemos y que deben abordarse".
Para la presidenta de los alcaldes de la región y alcaldesa de Ovalle, Marta Lobos, las principales preocupaciones en la zona son el impacto social de la sequía, la falta de alimentos y empleo. "La zona de catástrofe permite ir en ayuda de estas personas, ya sea en el sector rural o en la ciudad".
Fuente: Sustentare
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