"Hay una tendencia marcada al aumento de los fenómenos climáticos extremos"

>> martes, 13 de marzo de 2012

Fuente: El Mercurio


Vivimos uno de los meses de marzo más tórridos desde que comenzaron los registros históricos, hace más de cien años. En Punta Arenas y en Arica se producen las peores precipitaciones registradas para el mismo mes.

¿Coincidencia, o reflejo del cambio climático?

Los científicos son categóricos. El cambio climático es un fenómeno que no se puede relacionar con fenómenos puntuales; es un proceso que tomará cientos de años.
Lo que sí reconoce Jaime Leyton, jefe de la oficina de pronósticos de la Dirección Meteorológica de Chile, es que hay una tendencia al aumento de los fenómenos extremos. "Esto se enmarca dentro de una verdad científica reconocida. Es un escenario al que tenemos que acostumbrarnos y también prepararnos para mitigar sus efectos", dice.

Detalla que partimos marzo en Santiago con cuatro días de calor por sobre 33 grados. "Incluso no estamos acostumbrados a hablar en Chile de ola de calor, pero hemos tenido dos durante el mes de marzo. Una más intensa los cuatro primeros días y una un poco menos fuerte entre el 6 y el 9", señala.

Durante la primera se batieron dos récords históricos: una de ellas produjo, el 4 de marzo, el segundo valor histórico más alto de temperatura para Santiago en este mes, con 34,6 grados (apenas una diferencia de dos décimas con el primer lugar) y el mismo día una mínima muy alta, con 16,5 grados por la mañana.
Explica que en el caso de Punta Arenas había un sistema frontal que fue bloqueado por un sistema de alta presión cálido en el paso Drake, y eso hizo que su desplazamiento fuera más lento.

Además, produjo que la circulación de los vientos en el estrecho fuera de este a oeste, lo contrario a lo habitual.

Esto significa que trajo aire desde el Atlántico, que es más cálido. "El contenido de agua que tiene ese aire es mucho mayor que el que tiene el aire del Pacífico a esa misma latitud, ya que éste depende de la temperatura del océano. Cuanto mayor temperatura tiene, más agua tiene el aire sobre él", explica Roberto Rondanelli, climatólogo de la U. de Chile.

Como la temperatura ambiente fue inusualmente alta (10 grados el domingo), no precipitó la habitual nieve o agua nieve. De ahí las intensas inundaciones.
En el caso del fenómeno altiplánico, Leyton lo calificó como precipitaciones estivales típicas de esta época del año, pero en el contexto climatológico de La Niña se han reforzado, y eso las ha hecho más frecuentes e intensas.

Tanto Leyton como Rondanelli reconocen también que el año pasado se produjo más recurrencia de "bajas segregadas" (es decir, tormentas puntuales), porque los sistemas frontales llegan con poca fuerza al continente desde el Pacífico, y sólo se produjeron lluvias en lugares específicos, a veces con mucha intensidad.

Un ejemplo ocurrió en 2011 en La Serena, donde la suma de precipitaciones resultó mayor a la de Santiago justamente gracias a estas bajas segregadas que estarían en parte asociadas al fenómeno de La Niña.

Rondanelli no habla de fenómenos extremos, sino más bien de situaciones anómalas. "En los últimos años uno observa fenómenos meteorológicos inusuales; no hay duda de eso".
Leyton estima que la situación atmosférica debería tender a normalizarse después de mayo y que éste debería ser un año en que predominen las precipitaciones frontales por sobre las bajas segregadas y en que las máximas se normalicen.

Otro efecto

Los expertos reconocen que también hay un efecto urbano que intensifica el de los fenómenos climáticos. Las zonas rurales han dado paso a la ciudad. "A lo mejor en el pasado ocurría lo mismo, pero no había tanta población", dice el meteorólogo Jaime Leyton.

Fuente: El Mercurio

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