Golborne: "La disponibilidad de agua potable urbana está asegurada para todo el invierno"

>> miércoles, 8 de febrero de 2012

Fuente: El Mercurio

"Es el tercer año de sequía", recuerda de entrada Laurence Golborne. Lo tiene claro: como ministro de Energía, hace justo un año debió firmar un decreto de racionamiento eléctrico. Doce meses después, ahora como titular de Obras Públicas, preside la comisión interministerial diseñada por el Ejecutivo con la misión de proponer medidas para paliar los efectos del déficit hídrico actual y evitar que, en el futuro, estas situaciones provoquen impactos tan relevantes como el tener 77 comunas declaradas en emergencia agrícola.

¿Por qué se llegó a esto? Según Golborne, "por la falta de previsión y visión de largo plazo. (...) Los períodos de gobierno tan cortos incentivan que las cosas se hagan nada más que para el período de gobierno. Un embalse toma 10 años entre sus estudios, diseño y construcción. Si no se toman las decisiones hoy, no hay embalse en 10 años más".

Acompaña su argumento con un dato: en los últimos 30 años, sólo se han construido nueve embalses. En la actualidad hay tres en construcción (Chacrillas, Chironta y Valle Hermoso) y la meta del MOP es dejar diseñados otros 12 al final de la administración Piñera. "El 84% del agua que cae sobre el territorio se va directo al mar, sin haber sido utilizada. Con una mejor política de embalses, podríamos duplicar la superficie destinada a cultivos", afirma.

Golborne está seguro de que el Ejecutivo llegó bien preparado a esta contingencia. "Un ejemplo: en la Región Metropolitana, si uno miraba las cifras hace ocho meses, podría haber dicho 'vamos a tener problemas en el invierno del año 2012'. Así que tomamos medidas anticipadas. ¿Qué significó esto? Que el embalse El Yeso pasó de tener 50 mil millones de metros cúbicos a 109 mil millones. Eso permite asegurar que, aunque no llueva, tenemos agua para el consumo humano en el Gran Santiago hasta octubre, sin problema. Decimos octubre porque ahí empieza el siguiente año hidrológico, con los deshielos. No significa que en octubre se acabe el agua, sino que ahí termina el período más crítico", explica la autoridad.

-¿Y para el resto de las ciudades del país?
"En las grandes ciudades no hay problemas de suministro de agua potable, pues hemos tomado medidas preventivas. Existen más problemas en la zona de Copiapó, pero, en general, la disponibilidad de agua potable urbana está asegurada para todo el invierno".

En los sectores rurales -que se abastecen con redes locales, pequeñas, conectadas a pozos- la situación es más complicada: "Tenemos 98 mil personas en riesgo, en 134 sistemas de agua potable rural, entre las regiones de Coquimbo y el Maule. Lo que ocurre, por ejemplo, es que hay pozos captando agua a 75 metros de profundidad y el agua bajó a un nivel de 80 metros de profundidad. Entonces, hay que invertir en ahondar el pozo. En esa línea, tenemos 32 estudios hidrogeológicos terminados y 18 que están en ejecución de los 74 programados. Además, ya hay seis pozos construidos, 27 en ejecución y 44 por licitar, para un total programado de 77. Esto está beneficiando a 72 mil personas". Añade que en la V Región, 16 redes rurales se conectarán al sistema urbano de la compañía Esval.

En materia de riego, detalla que se han habilitado nuevos pozos y se intervino el río Aconcagua para "asegurar que llegue agua en forma equitativa a los regantes". También destaca el pronto envío al Congreso de un proyecto de ley que endurece las penas y sanciones civiles por el robo de agua y permite a la Dirección General de Aguas cegar pozos irregulares. Adicionalmente, en las zonas más complicadas se recurrirá al anunciado bombardeo de nubes, para lograr que los episodios de lluvia sean un poco más generosos que lo normal.

"Respecto del suministro, cuando el problema es que no hay agua, como en la cuenca de Copiapó -donde el problema no es la sequía, sino que se han entregado cinco veces más permisos de agua que lo que se debiera-, las soluciones son otras", afirma. Una de ellas es tomar agua de otra fuente e inyectarla en las napas a fin de reabastecerlas, para lo cual se hará un plan piloto. Pero también se analizan opciones más innovadoras: una es instalar un "río submarino", un tubo de cuatro metros de diámetro que recoja agua en la desembocadura de un río y la lleve a las zonas más necesitadas. La segunda es usar enormes vejigas para recoger agua de lagos o glaciares y empujarlas con barcos a los lugares afectados. La tercera opción es recurrir a

plantas desalinizadoras.

"Estamos estudiando cuáles son las alternativas viables. Los 'guateros' para mover agua funcionan en varias partes del mundo. Es una opción realista en el corto plazo y es posible recurrir a ella en caso de emergencia. El problema es que es caro. Ahora, la desalinización también es una opción muy utilizada, pero una planta de ese tipo toma al menos cinco años en construirse", dice.

Golborne apunta que el problema de estas opciones "es que son dos o tres veces más caras que lo normal. Además, permiten llevar agua a una zona costera, y de ahí hay que trasladarla al interior y a zonas más altas, lo que sube los costos. De todos modos, creo que -por ahora- no se vislumbra la necesidad de recurrir a traslados masivos de agua".

''El sector más beneficiado con los embalses es el agrícola, pero su disposición al pago no ha sido la que se podría esperar".

''Los períodos de gobierno tan cortos incentivan que las cosas se hagan nada más que para el período de gobierno. Un embalse toma 10 años entre sus estudios, diseño y construcción. Si no se toman las decisiones hoy, no hay embalse en 10 años más".
''Cuando un bien se hace más escaso en una economía libre, el precio refleja el valor de la escasez. Pero lo clave es que quienes más consumen agua, hagan un esfuerzo para optimizar ese uso".

Fuente: El Mercurio

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