Sarkozy considera absurdo imponer tasas de emisiones de CO2 a empresas
>> miércoles, 24 de marzo de 2010

"Sería absurdo gravar a compañías francesas y concederles de este modo a las empresas de países contaminantes una ventaja competitiva", sostuvo en París.
"El 'dumping' medioambiental amenaza nuestros empleos", comentó. Señaló que sigue considerando que el impuesto ecológico es una medida sensata, aunque supeditó la aplicación de un impuesto climático en Francia a un nuevo impuesto en las fronteras europeas, que proteja la agricultura y la industria propias.
El ministro de Medio Ambiente francés, Jean-Louis Borloo, reafirmó entre tanto, en declaraciones al canal televisivo France 2, su determinación de imponer dicha tasa a las emisiones de dióxido de carbono en Francia, después de que el primer ministro, Françoise Fillon, anunciara el martes su renuncia a ese impuesto.
"Voy a interceder en Bruselas en favor de un acuerdo europeo; necesitaremos más tiempo, pero lo lograremos", comentó Borloo en referencia al hecho de que si se implantara una tasa así solo en Francia y no en Europa, el país perdería competitividad, según argumentó el día anterior Fillon para justificar su renuncia.
Borloo continuó explicando que el impuesto sobre emisiones es necesario y urgente para impulsar la transformación económica y ecológica del país y exigió la aplicación de la medida como muy tarde en 2012.
El impuesto sobre el CO2 era la estrella del programa medioambiental del presidente francés, Nicolas Sarkozy. Sin embargo, está siendo motivo de enfrentamiento en el seno del gobierno.
El día anterior a las declaraciones del ministro de Medio de Ambiente, Fillon había anunciado su renuncia a imponer a partir del 1 de julio una tasa que gravara las emisiones de CO2, basándose en la pérdida de competitividad que sufriría Francia si no se impusiera a la par en el resto de Europa.
La oposición y otros grupos ambientalistas protestaron contra el aplazamiento de la medida, concebida por ellos como obligatoria, argumentando que la creación de una tasa de esas características no está en la agenda de la Unión Europea.
El anunció de Fillon se interpretó como reacción a las críticas de sus propias filas tras la reciente debacle electoral del partido de gobierno, el UMP.
Poco antes de la Cumbre de Copenhague sobre el clima, la propuesta gravosa fue dejada de lado. En diciembre, el Tribunal Constitucional francés había dictaminado que la medida era ilegal en la forma y carente de efecto, poco antes de su prevista entrada en vigor.
Fuente: El Comercio.com
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