JACQUELINE MCGLADE Directora de la Agencia Europea de Medio Ambiente: Europa ya no tiene que ser complaciente con las emisiones"
>> lunes, 24 de mayo de 2010
Fuente: El País.com
Jacqueline McGlade es la actual directora ejecutiva de la Agencia Europea de Medio Ambiente, un órgano consultivo de la Unión Europea (UE) que aporta información y reflexiones a los responsables políticos para la protección del medio ambiente.
Recientemente presidió en Bilbao la reunión que cada seis meses celebra la red europea de agencias de medio ambiente, a la que acudieron cerca de medio centenar de expertos.
McGlade pone sordina al fracaso de la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático celebrada el pasado mes de diciembre y aprecia aspectos positivos en lo tratado en la capital danesa, como el hecho de que participasen países como Estados Unidos o China, a la cabeza del mundo en emisiones contaminantes.
¿No resulta algo frustrante seguir trabajando en la protección del medio ambiente después del fracaso de la cumbre de Copenhague?
El hecho de ir a Copenhague fue suficiente, porque se trataba de poner el trabajo en marcha, pasar de las palabras a la acción. Pero la cumbre se convirtió en algo geopolítico más que medioambiental. Insisto en que fue muy importante que China, Estados Unidos, Brasil o India fuesen allí a hablar. Lo más importante es qué es lo que hacemos ahora para Cancún [sede de la próxima cumbre internacional sobre el cambio climático, prevista por el próximo mes de diciembre]. Europa tiene ahora un papel muy importante y debe jugar un papel bilateral entre países: unir a España con Latinoamérica o Inglaterra con África.
Pero de aquella cumbre Europa salió muy tocada, al quedar apartada del pacto que sellaron China, Estados Unidos y Brasil.
Sí, se puede decir que sí, aunque Europa jugó el papel que tenía que jugar, el correcto. Lo importante fue que esos países, aunque no firmaran un documento, estuvieran allí y hablaran, porque otras veces no habían estado.
No puede negar que las expectativas de partida en la cita de Copenhague sobre control de las emisiones contaminantes resultaban bastante más ambiciosas.
Por supuesto que no se cumplieron las expectativas, pero se logró que estuvieran de acuerdo con muchas partes del documento. Ahora es cuando Europa no tiene que ser complaciente y tiene que poner el esfuerzo para ir a Cancún y lograr las acciones necesarias. Pero ahora ya hemos logrado la presencia en la conversación. Yvo de Boer [el responsable de la ONU para el Cambio Climático, quien dimitió en febrero pasado tras el fracaso de Copenhague] dijo que había que centrarse en la industria y en la economía y es así. Hay que movilizar la economía.
El sector energético ha asegurado que el acuerdo de Copenhague ha sido tan vago que no puede ni planificar sus inversiones.
Eso no es así. Ese mismo sector está haciendo planes para implementar tarifas energéticas y Copenhague no ha frenado su desarrollo. Dicen unas cosas en unos sitios y otras en otros sitios.
¿Considera que se tienen que cerrar ya acuerdos concretos durante la próxima cumbre de Cancún?
Debería ser algo como Kioto, aunque no igual de la misma manera, en un mercado global. Se debe parar la deforestación y compensar a esos países de alguna manera. Y lo siguiente es compartir las directrices en ecoinnovación y tecnología limpia. Hay que ver las diferentes ideas y encajarlo. A lo mejor no hay una acción, pero sí el comienzo del encaje.
¿Habla de incidir más en la deforestación que en la actividad industrial?
No, no, serían acciones combinadas. De hecho, hay movimiento en el sector financiero. El HSBC ha hecho una clasificación de las compañías con indicadores ambientales y ya hay empresas que al integrar valores de cambio climático están generando más beneficios. Y eso pasa también en Estados Unidos.
En España, las emisiones contaminantes han ido subiendo sobre todo en el sector energético, mientras que las atribuibles a la industria han descendido. ¿Resulta una tendencia más global?
No lo veo así. Habría que revisar esos datos. El transporte y las viviendas son los que más está subiendo.
¿Cómo ve la situación en el horizonte de los próximos diez años? ¿Podrá cerrarse un acuerdo mundial sobre las emisiones y, en ese caso, por dónde cree que tendría que ir ese acuerdo?
Creo que en ese plazo va a haber un acuerdo. Lo más importante es salvar los recursos naturales, la energía y agua. Estoy segura al cien por cien de que va a haber ese acuerdo.
Recientemente presidió en Bilbao la reunión que cada seis meses celebra la red europea de agencias de medio ambiente, a la que acudieron cerca de medio centenar de expertos.
McGlade pone sordina al fracaso de la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático celebrada el pasado mes de diciembre y aprecia aspectos positivos en lo tratado en la capital danesa, como el hecho de que participasen países como Estados Unidos o China, a la cabeza del mundo en emisiones contaminantes.
¿No resulta algo frustrante seguir trabajando en la protección del medio ambiente después del fracaso de la cumbre de Copenhague?
El hecho de ir a Copenhague fue suficiente, porque se trataba de poner el trabajo en marcha, pasar de las palabras a la acción. Pero la cumbre se convirtió en algo geopolítico más que medioambiental. Insisto en que fue muy importante que China, Estados Unidos, Brasil o India fuesen allí a hablar. Lo más importante es qué es lo que hacemos ahora para Cancún [sede de la próxima cumbre internacional sobre el cambio climático, prevista por el próximo mes de diciembre]. Europa tiene ahora un papel muy importante y debe jugar un papel bilateral entre países: unir a España con Latinoamérica o Inglaterra con África.
Pero de aquella cumbre Europa salió muy tocada, al quedar apartada del pacto que sellaron China, Estados Unidos y Brasil.
Sí, se puede decir que sí, aunque Europa jugó el papel que tenía que jugar, el correcto. Lo importante fue que esos países, aunque no firmaran un documento, estuvieran allí y hablaran, porque otras veces no habían estado.
No puede negar que las expectativas de partida en la cita de Copenhague sobre control de las emisiones contaminantes resultaban bastante más ambiciosas.
Por supuesto que no se cumplieron las expectativas, pero se logró que estuvieran de acuerdo con muchas partes del documento. Ahora es cuando Europa no tiene que ser complaciente y tiene que poner el esfuerzo para ir a Cancún y lograr las acciones necesarias. Pero ahora ya hemos logrado la presencia en la conversación. Yvo de Boer [el responsable de la ONU para el Cambio Climático, quien dimitió en febrero pasado tras el fracaso de Copenhague] dijo que había que centrarse en la industria y en la economía y es así. Hay que movilizar la economía.
El sector energético ha asegurado que el acuerdo de Copenhague ha sido tan vago que no puede ni planificar sus inversiones.
Eso no es así. Ese mismo sector está haciendo planes para implementar tarifas energéticas y Copenhague no ha frenado su desarrollo. Dicen unas cosas en unos sitios y otras en otros sitios.
¿Considera que se tienen que cerrar ya acuerdos concretos durante la próxima cumbre de Cancún?
Debería ser algo como Kioto, aunque no igual de la misma manera, en un mercado global. Se debe parar la deforestación y compensar a esos países de alguna manera. Y lo siguiente es compartir las directrices en ecoinnovación y tecnología limpia. Hay que ver las diferentes ideas y encajarlo. A lo mejor no hay una acción, pero sí el comienzo del encaje.
¿Habla de incidir más en la deforestación que en la actividad industrial?
No, no, serían acciones combinadas. De hecho, hay movimiento en el sector financiero. El HSBC ha hecho una clasificación de las compañías con indicadores ambientales y ya hay empresas que al integrar valores de cambio climático están generando más beneficios. Y eso pasa también en Estados Unidos.
En España, las emisiones contaminantes han ido subiendo sobre todo en el sector energético, mientras que las atribuibles a la industria han descendido. ¿Resulta una tendencia más global?
No lo veo así. Habría que revisar esos datos. El transporte y las viviendas son los que más está subiendo.
¿Cómo ve la situación en el horizonte de los próximos diez años? ¿Podrá cerrarse un acuerdo mundial sobre las emisiones y, en ese caso, por dónde cree que tendría que ir ese acuerdo?
Creo que en ese plazo va a haber un acuerdo. Lo más importante es salvar los recursos naturales, la energía y agua. Estoy segura al cien por cien de que va a haber ese acuerdo.
Fuente: El País.com
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